jueves, 23 de abril de 2009

El único rompecabezas que importa.

Hay cosas que no se explican así de simple, el unicornio tiene el poder mas no de su único cuerno, enchufado en un continente de veracidad dudosa, analiza e implica ser de la religión que posea y crea en verdad ser aquel hombre magnánimo en su adyacente y posterior discordia de la esencia unísona de este mundo.

Continúo el recorrido, siempre existe un buen motivo para sonreír, a pesar de la relajada epopeya de nuestro chip interno. Introspección, megalomanía y secuencia. Quiere tu vida que no es lo único que existe, pero sí lo único que importa.

Existencia, destrucción, necesidades. Empiezo con el más mínimo esfuerzo impuro y verdoso. La consecuencia no es solo de lo que hicimos, sino de nuestra condena. Atrapados y revueltos, nos gusta ser revoltosos, tierno carecer de expresión interna, ingenuidad, desbaratado. Creo en la solución, pero no en el cómo llegar a ella.

El desenlace es triste, sonríe, la vida como experiencia, no sabes, el no sabe, ella tampoco, no soy ese profeta. Incapacidad de expresión es muerte. Estudio, esfuerzo, determinación, sé quien creas ser; luego, sé quien convencido seas de ser, sé quien [...] te diga que seas, pero esta vez no le hagas caso. Cree en ti, en tu propio amor, pues el amor del zorro no yace en la existencia del cordero sino en su propia subsistencia.

Wittgenstein: ''Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo''. No quiero entorpecerme ni entorpecerte, la verdad está escrita en tinta incolora.